lunes, 7 de marzo de 2011

Qué originalísimos semos todos los fotógrafos

Leo en Xataca Foto un artículo en el que se plantea la legalidad y los problemas que pueden dar ciertos trabajos fotográficos hechos con composiciones a partir de fotografías tomadas de internet. No voy a hablar de esto aquí (ya lo hacen ellos de maravilla), sino de uno de los trabajos que presentan, y el que da pie al artículo. Este.

vEs el trabajo de Corinne Vionnet, concretamente una serie de imágenes de monumentos típicos (La Plaza Roja, el Coliseo, el patio de los leones, etc) realizadas a base de superponer fotografías tomadas de internet y realizadas (se supone) por turistas. Es curioso (o no tanto) cómo se superponen casi a la perfección, como ese encuadre tan maravilloso y perfecto que hemos encontrado resulta ser el mismo que encontró el que iba delante nuestra, y el de detrás, y el chino del teleobjetivo. ¿Y la originalidad dónde queda? ¿Hacemos turismo para volver con una colección de postales grabadas en la memoria de nuestra cámara?

Yo de esos monumentos sólo he hecho fotografías de dos, las pirámides y el Coliseo y aunque hice la foto con el encuadre típico me enorgullece un poquito decir que intenté hacer otras algo más originales. Ahora bien ¿la culpa es solo de nuestro cerebro atrofiado o es que "está a huevo"? Porque viendo la fotografía de La Meca, por ejemplo, o la de los molinos...piden a gritos esa composición. Nuestro cerebro busca la perfección, la proporción, la estabilidad, y algunas veces esa proporción es tan evidente que se hace complicado resistir la tentación.

No podemos sin embargo dejarlo ahí, hagamos la foto de postal para acallar a nuestro maldito lado cuadriculado y luego, libres de ataduras, dejemos volar al otro lado del cerebro y hagamos fotos que hagan que merezca la pena cargar con la cámara.

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